Claves para acertar con el sofá para tu segunda residencia
Cuando se acerca el verano, las visitas a las segundas residencias se disparan para disfrutar del buen tiempo en otros lugares algo apartados de las grandes ciudades. Casas de montaña y apartamentos costeros son los tipos de residencias vacacionales más comunes, y lo que se busca al volver a estos sitios es encontrar un lugar donde reine la paz y el sosiego para desconectar de las rutinas diarias del resto del año.
En este sentido, para que tu escapada sea lo más reparadora posible y puedas disfrutar de unos días de descanso, es importante que los accesorios de la segunda residencia sean capaces de proporcionarte el reposo que necesitas, y para eso tienen que ser cómodos, estar conservados en buenas condiciones y no presentar desperfectos que interrumpan tus momentos de relax.
Si no es así y nada más llegar te das cuenta que ese sofá está para jubilar y te va a dar algún problema en tu jornada de descanso, lo mejor que puedes hacer es optar por sustituirlo y tener la certeza de que vas a disponer de un sofá en óptimas condiciones para descansar como es debido.
Prima el confort y el espacio por encima de todo
Es obvio que cuando se compra un sofá se mira por encima de todo la comodidad, pero esto adquiere un nuevo significado cuando hablamos del sofá de una segunda residencia. El mobiliario de la residencia habitual está más enfocado al pragmatismo, con una disposición más eficiente y multifuncional. En una residencia vacacional esto no debe ser así: tiene que primar la comodidad por encima de cualquier otro aspecto y no solo en el mobiliario, también en cuanto a electrodomésticos y cualquier clase de complemento.
En el caso de los sofás, lo mejor es apostar por un modelo que aproveche el espacio del salón para adquirirlo del mayor tamaño posible. Dado que en vacaciones es habitual reencontrarse con amigos y familiares, nunca está de más disponer de espacio extra en casa para acomodar a las posibles visitas. Y, si no es así, siempre tendrás más espacio para disfrutar de la comodidad de tu nuevo sofá.
Si es hidrófobo y antimanchas, mejor
Aunque existen cubres para sofás con estas propiedades repelentes de líquidos y suciedad, algunos modelos vienen de serie con recubrimientos especiales que impiden que se manchen por vertidos accidentales de bebidas o cualquier otra clase de líquido. Para evitar sustos y mantener intactos los sofás, lo mejor es que dispongas de uno de estos para que, en caso de caída accidental, el sofá mantenga su aspecto intacto.
Esto es especialmente útil cuando se producen reuniones en casa y se hacen aperitivos o comidas en compañía, momentos en los que es habitual que esto ocurra: alguna bebida se cae y acaba manchando el sofá nuevo. ¡Vaya! Si el sofá cuenta con este tipo de tela, el incidente quedará en nada y no tendrás que preocuparte de limpiarlo después.
También es perfecto si se pretende alquilar la vivienda (si los inquilinos son jóvenes, lo más probable es que hagan algún tipo de reunión social y un accidente de estas características pueda suceder). Así, te cubres en salud y no tienes que temer por tu inversión.
Es cada vez más común encontrar sofás con tejidos hidrófobos y repelentes de manchas en los catálogos de las principales tiendas de sofás. Uno de los establecimientos pioneros en la inclusión de sofás con esta clase de tejidos ha sido SofaCenterValencia, tienda especializada en la venta de sofás que cuenta con uno de los catálogos más amplios de la red, compuesto por sofás tipo chaise longue, de rincón, confeccionados con piel, sofás-cama, sillones y sofás relax y todo tipo de sofás de fábrica.
Tipo canapé o modular, los más prácticos para las vacaciones
Dado que cada día puede ser una aventura distinta, es necesario que tu sofá se adapte a las necesidades que tanto tú como tu familia tengáis en cada momento. Por esa razón, un sofá por módulos es perfecto para crear una estancia adaptada a cada situación. Puedes proporcionar un asiento individual a cada amigo o familiar que te acompañe si tienes los suficientes módulos en tu sofá, y si te quedas solo, siempre puedes juntarlos todos para disfrutar tú a solas de la comodidad que te proporciona.
Además, piensa en incorporar uno que disponga, al menos en uno de los módulos, de un canapé para guardar ropa, cables y otros objetos que pueden resultar molestos o antiestéticos. También son una buena opción para almacenar cojines, mantas o juegos de mesa, ahorrando espacio en las estanterías y teniéndolo todo guardado en un mismo lugar para evitar que sufran daños por incrustaciones de polvo.
Ubicarlo siempre lejos de piezas de vidrio y cristal
La disposición tradicional del sofá es que se sitúe en torno a una mesa, generalmente de cristal, que sirva de apoyo para hacer del salón un centro de reunión. No obstante, quizá no sea mala idea realizar cambios al respecto para evitar los accidentes domésticos más comunes, como rotura de mesas, dislocación de alguna de las articulaciones del sofá o cualquier otro incidente que dé al traste con el buen ambiente en vacaciones.
Si va a producirse alguna clase de reunión familiar en la vivienda, y sobre todo si va a haber niños pequeños en las proximidades del salón, lo mejor es que cualquier pieza del mobiliario que contenga cristal o disponga de alguna parte punzante que pueda ser peligrosa para los niños pequeños sea retirada. Ya no solo por la seguridad del propio bebé, sino para garantizar el bienestar del resto de los presentes.
Uno de los enemigos más habituales de los sofás son las incrustaciones de cristal. Algunas piezas del salón incluso han tenido que ser retiradas por completo ante la imposibilidad de retirar todas las partes de un cristal fragmentado, lo que resulta extremadamente grave al poder provocar lesiones importantes a causa de la incrustación de pequeños pedacitos de cristal en la piel. Si estos accidentes pasan, es mejor que ocurran en zonas alejadas de las salas de estar, donde resulte más sencillo retirar los daños y las zonas de descanso puedan seguir siendo funcionales.